Hemos decidido ser todos uno, ser un planeta y no vamos desencaminados, somos todos lo mismito.
Cada uno de nosotros somos una apariencia, sólo nos importa aparentar aparentar y aparentar. Lo hacemos a diario en cosas simples, pero lo hacemos, sin excepción alguna.

Todos alguna vez hemos aparentado y os puedo poner simples ejemplos y estoy segura de que os identificareis con alguno porque seguro que alguno ha fruncido el ceño para aparentar mala hostia, o has hecho alguna tontería para no ser el pringado, cuántas se han maquillado porque no aprecian su tono de piel, seguro que más de uno ha dicho que nunca más se enamorará que el amor ya pudo con él, pero demuestra ser el que más sufre por una persona a la que ama.

Señores, señoritas... Seguimos siendo máquinas y esto no tiene pinta de que vaya a cambiar.
Ahí lo dejo

Que me hieran, que me ataquen, que me intenten desmoralizar, ya me da igual, voy a seguir en pie.

No pienso permitir que ninguna tontería me haga estar mal, nada va a conseguir hacerme llorar, lo que necesito lo tengo y me importa poco lo que me digan.

Ahí lo dejo...

No estaría nada mal...

No estaría nada mal un atardecer contigo, a la orilla del mar o mismamente en lo alto de la ciudad, me bastaría con que estuvieses tú a mi lado, con palabra o sin ellas, abrazada a ti o acostada a tu regazo, pero que estuvieras tú.
Poder sentirte a mi lado una tarde tampoco estaría nada mal, el simple hecho de tus palabras cerca me relaja, tu voz es la que me adormece.
Sacar pequeñas sonrisas de tu boca, escuchar el latido de tu corazón junto a tu suave respiración, agarrarte de la mano o permanecer observando tus ojos son pequeños privilegios que deseo poseer.

Cada palabra al borde de tus labios me hace temer.

Siempre miramos fallos ajenos y si nos encontramos fallos en nosotros ten por seguro que nunca los comentamos.
Maquillamos esos fallos intentando destacar en algo y nadie nos saca de ahí.
Pero... ¿qué pasa cuando llega esa persona especial a tu vida? ¿Lo seguimos ocultando?
Quédate aquí conmigo y te prometo que contigo no los voy a maquillar, sólo tú los sabrás.

Cuando no tenga por lo que luchar,
cuando este cuerpo quede decaído y no se pueda levantar,
cuando los llantos invadan el día,
cuando ya todo esté perdido,
cuando el día termine con la noche,
cuando grite de furia por lo perdido...
Ese día será el día en el que me importe algo de lo que tú me digas.
Te recomiendo que te sientes porque te vas a cansar de esperar ese día.

Acércate a mis labios, haz que no se separen de los tuyos, un buen tiempo, que sea mucho y si los separas que sea un solo segundo para respirar.

Y bajo este cielo de estrellas hoy quiero que me beses, TÚ.

Muy poca gente se atreve a enfrentarse al pasado, este mismo que no le deja pensar en un futuro, el que no le permite levantar cabeza,  por el cual se suspira en cada recuerdo, por el cual te evades al precipicio, con el que se piensa que si no es como era ya no será nada bueno.

Están aquellos valientes que narran un presente escapando de un pasado pero acaba coincidiendo de nuevo en un presente que ya narraste, el de los lamentos. Nos encontramos con algún que otro soñadores que desean un cambio, pero si llega ese cambio extrañan lo amado. 

Enfréntate a él, encárate, muéstrale garras y dientes, enséñale de que estás hecho, llega a la cima y clava tu bandera, la bandera de la victoria, salúdale entusiasmado y grítale que no le necesitas para ser feliz, que tienes tus principios y que no los podrá pisar nunca.

Nadie dice que sea fácil, pero tú puedes con todo lo que se te eche encima. Nadie te puede derrumbar o echar atrás, no des el brazo a torcer y por muchas piedras que tenga el camino, por muchas veces que te caigas te levantarás.

Hazle el amor a la puta que te enamorará.