lunes, 17 de febrero de 2014

Fdo. quien quiere subirte al puto cielo.


Puedo recordarlo perfectamente, abrí el armario y en él encontré mil y una combinaciones para gustarte. En mi móvil un nuevo mensaje, ya habías llegado, por fin, ya estabas en mi ciudad, quedaba menos de una hora para que por fin fueras real.

Comí más rápido que cuando en mi plato hay lasaña y salí disparada, disparada para tener cuanto antes tu sonrisa, esa sonrisa que ya me había memorizado muchas noches antes para dormirme soñando con ella para despertarme con una sonrisa y al darme la vuelta y no encontrarte desear tenerte para despertarte a besos o mismo saltandote encima.

La cosa es que el camino que siempre lleva media hora ese día se convirtió en un camino que apenas duró un cuarto de hora, cronometrado, para disfrutarte, para comenzar mi pequeño fin de semana de ensueño.

Tener la imagen en mi cabeza de dar la vuelta a la esquina y verte, esperándome, a mí y a nadie más, pensé ''joder no te des la vuelta quiero aparecer a tu lado y abrazarte de repente'' pero se giró y solté la sonrisa más boba que ha salido de mí, la abracé como si llevara años sin hacerlo aunque en realidad nunca lo hubiesemos hecho, sólo en esos sueños que cada mañana recordaba.

Ahora solo puedo pensar en si podré repetir infinitamente momentos como en los que te tuve, parecía que todo sería tan perfecto y se consumió como un cigarro a primera hora. Parecía de película de todos pero las películas son fantasía, cosas así no existen en el mundo de los mortales, en el nuestro no.

Así que dejaré todos esos sueños guardados en un pequeño baúl, porque los sueños sólo son para los soñadores, y yo, aún no estoy preparada para ser uno de ellos.


 

No pido mucho, o eso creo, recuérdame, déjame dentro de ti y no me tires, no olvides nunca que yo te quiero, yo no te olvidaré, lo prometo.